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Cats parecen ser capaces de tolerar muchas cosas sin quejarse. Investigaciones recientes han puesto de relieve el hecho de que muchos gatos están viviendo con cambios en sus huesos y articulaciones que pueden tener un perro quejándose en la incomodidad. Sabemos que los gatos son duros, pero ¿por qué los mismos cambios que se encuentran en los rayos X de perros y gatos parecen causar sólo cojera en los perros?
Diferencias en la estructura conjunta entre gatos y perros
Parte de la explicación se basa en el hecho de que los gatos son ligeros. Un perro típico con disfunción articular (con algunas excepciones) es más pesado que un gato. Tener un bajo peso corporal significa que el sistema de apoyo de los huesos y los músculos no se grava tanto durante el movimiento.
Otra diferencia entre las dos especies tiene que ver con la flexibilidad. Cuidado con el novio de su gato, jugar y dormir, y será evidente que tiene una flexibilidad superior para cualquier perro en la cuadra. Esto ayuda a los gatos con problemas musculoesqueléticos a sobrellevarlo porque pueden doblarse alrededor de un área problemática muy bien. La misma diferencia se puede ver al comparar a un niño pequeño con un anciano: la flexibilidad del sistema musculoesquelético es obviamente diferente: el niño pequeño goza de una gran elasticidad.
Un ejemplo de esta diferencia entre gatos y perros son las caderas. Las articulaciones de la cadera de los gatos son más laxas (o menos asentadas) que las de los perros. Las caderas de gato naturalmente «colgar suelto» en comparación con los de la mayoría de los perros. Por lo tanto, los índices normales que usamos para definir si un perro está afectado por la displasia de cadera no se pueden aplicar a los gatos. La displasia de cadera se ha considerado como un problema canino históricamente, pero estudios recientes han expuesto la verdad — los gatos no están exentos de esta condición; es más difícil diagnosticarlos con él.
Los veterinarios podrían no identificar problemas articulares en gatos
En realidad, los estudios han demostrado que muchos trastornos de los huesos y las articulaciones están significativamente infradiagnosticados en gatos. Esto se debe en parte a que, si el propietario no observa los problemas en casa, no hay ninguna queja que poner en conocimiento del veterinario. Además, durante un examen físico, los gatos suelen ser estoicos y generalmente no regalan nada, incluso si están doloridos. Por último, hay una escasez de buena investigación sobre los problemas musculoesqueléticos en los gatos, por lo que el nivel de concienciación entre los veterinarios sobre la verdadera frecuencia de estos problemas puede ser bajo.
Razas de gatos propensas a problemas óseos y articulares
Algunas razas de gatos parecen estar predispuestas a problemas óseos y articulares. Algunos ejemplos son gatos de gran enmarcado como el Maine Coon. Debido a que su peso es, en promedio, aproximadamente el doble que un gato típico, hay más tensión en el sistema musculoesquelético de estos gatos. No se han realizado suficientes estudios poblacionales para establecer con precisión la verdadera prevalencia, pero los hallazgos preliminares son que las articulaciones de gatos de gran enmarcado son más propensas a experimentar cambios degenerativos.
Small gatos como el Devon rex y el abisiniano también se ha encontrado que tienen una alta prevalencia de displasia de cadera, tapa de rodilla desplazada (rótula luxante), y enfermedad articular degenerativa (DJD) en estudios poblacionales limitados. Estos gatos generalmente se ven y actúan muy bien, pero los rayos X muestran cambios no reconocidos. Puede ser que su bajo peso corporal los salva de desarrollar cojera o mostrar dolor obvio.
Cuántas otras afecciones pueden afectar el sistema musculoesquelético. Malformaciones (congénitas o hereditarias), fracturas, defectos de enzimas musculares, inflamaciones articulares debido a infección/mecanismos inmunes, y dislocaciones traumáticas son solo algunas de estas.
Tratamiento de la enfermedad ósea y articular en gatos
Las tos con problemas musculares, óseos y articulares clínicamente significativos pueden ser manejadas con cirugía, reposo, fisioterapia y tratamiento específico para la infección y la inflamación si estos procesos se identifican como la fuente del problema.
Las tos con afecciones dolorosas crónicas como la osteoartritis y la enfermedad articular degenerativa no son capaces de ser medicadas con algunas de las terapias estándar que utilizamos en perros y personas porque no metabolizan estos fármacos de la misma manera. Debido a esto, muchos medicamentos son tóxicos para los gatos, incluyendo paracetamol (Tylenol), carprofeno (Rimadyl), e ibuprofeno (Motrin). Estos medicamentos pueden ser letales para los gatos y nunca deben administrarse en casa.
No le dé a su gato ningún medicamento sin consultar primero con su veterinario. Muchos medicamentos son tóxicos para los gatos y pueden resultar en death.
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Referencias de este articulo:
1. Complete Cat Care: How to Keep Your Cat Healthy and Happy
2. Natural Health Bible for Dogs & Cats.