¿Te has preguntado alguna vez si los gatos son celosos? ¿Por qué algunos felinos se vuelven celosos y posesivos? 😾👇
Muchas personas afirman que sus gatos muestran comportamientos relacionados con la agresión o la posesividad cuando interactúan con terceros, ya sean otros felinos, perros o incluso humanos. Pero, ¿realmente los gatos son capaces de sentir celos, o estamos simplemente atribuyéndoles una forma de humanización?.
Para comenzar, debemos plantearnos si es apropiado afirmar que los gatos experimentan celos, ya que los celos son emociones y sentimientos que tradicionalmente se asociaban exclusivamente con los seres humanos. Aunque el felino doméstico, conocido como Felis silvestris catus, es un animal solitario por naturaleza, la domesticación ha permitido que esta especie participe en dinámicas sociales que van más allá de las necesarias para la reproducción. Esto incluye la convivencia con seres humanos que les brindan alimento, refugio y cuidados, así como con otros animales domésticos que enriquecen su vida. En este contexto, los gatos establecen figuras de referencia con las que socializan y mantienen interacciones diarias.
Técnicamente, a estas figuras de referencia se les conoce como «socios sociales valorados», que pueden ser otros gatos, perros o seres humanos. Estas figuras se convierten en una fuente de seguridad para el gato, y uno de ellos puede convertirse en su favorito. Por otro lado, el «rival social» es la figura que se interpone entre el gato y su figura de referencia, y es ante esta figura que el gato podría mostrar lo que interpretamos como comportamientos celosos, como rechazo o agresión.
Sin embargo, aunque es más común hablar de celos en perros, no existen estudios científicos concluyentes que respalden la idea de celos en gatos. Por lo tanto, es difícil identificar un patrón de comportamiento específico que indique celos en los felinos domésticos. Lo que percibimos como celos en los gatos podría ser resultado de diversos problemas de comportamiento, como una socialización deficiente durante la etapa de cachorro, experiencias negativas o territorialidad, entre otros.
A menudo, los gatos pueden mostrar comportamientos que interpretamos como celos hacia un bebé, la pareja de su dueño o incluso otro gato o perro. Si esto ocurre, especialmente cuando se trata de un gato celoso de un bebé o niño, es fundamental tomar precauciones para evitar posibles arañazos. En casos menos graves, podemos trabajar con el gato para asociar la presencia del rival social con experiencias agradables, utilizando premios, caricias y palabras amables. También se pueden utilizar feromonas apaciguadoras para mejorar su bienestar.
Sin embargo, en casos más serios, es esencial consultar a un veterinario especializado en etología, un experto en comportamiento animal. Esta figura puede ayudarnos a diagnosticar problemas de conducta en el gato, proporcionar pautas de manejo y llevar a cabo sesiones de modificación de comportamiento.
¿Crees que tu gato siente celos? ¿Cuáles son sus comportamientos? Cuéntanoslo en los comentarios y no olvides darle like y suscribirte si este contenido te ha resultado interesante y deseas aprender más. Hasta la próxima, expertos.