Similitudes que compartimos con los gatos
Para la mayoría de nosotros, los gatos son miembros queridos de nuestra familia y compañeros entrañables. Apreciamos la belleza, la alegría, el amor y la diversión que comparten con nosotros. Sin embargo, para algunas personas, los gatos son considerados animales incontrolables, escurridizos, fríos y destructivos. Me siento mal por esas personas que se pierden todo lo que los gatos aportan a nuestras vidas.
De hecho, compartimos algunas similitudes con los gatos. Para las personas que aún no han podido relacionarse con los gatos, quizá conocer algunas de las cosas que tenemos en común con estas criaturas inteligentes y cariñosas les ablande un poco el corazón. Éstas son algunas de las cosas en las que nos parecemos:
- Disfrutamos del afecto y la compañía
A mucha gente le sorprende saber que los gatos son animales sociales. Aunque erróneamente se les etiqueta como solitarios, los gatos se benefician de la interacción social igual que nosotros. Los gatos son cazadores solitarios porque persiguen presas pequeñas y aquí es donde probablemente comienza la idea errónea. También son territoriales, por lo que la interacción social al principio requiere delicadeza, pero son criaturas sociales. El hecho de que los gatos no muestren una facilidad social instantánea como podrían hacerlo dos perros desconocidos no significa que no tengan una estructura social.
Los gatos también muestran afecto, pero cada gato puede mostrarlo de formas distintas. Las personas también muestran afecto de distintas maneras; no todos somos iguales. A algunas personas les gusta estar cerca físicamente y que las abracen, y a otras no. Los gatos también pueden ser así. Al igual que ocurre con las personas, algunos gatos prefieren una caricia suave y casual a un abrazo largo y estrecho. Un gato puede dar una muestra de afecto en forma de sentarse cerca o estar en el regazo sin que nadie lo sujete o lo encierre.
Algunas personas demuestran su amor y afecto a través de actos de amabilidad, consideración o palabras, en lugar de mediante el contacto físico cercano. En el caso de los gatos, es fácil pasar por alto las señales sutiles de compañía y afecto. El ronroneo de su gato, un parpadeo lento, una postura relajada o el deseo de sentarse cerca de usted son muestras de afecto. El gato puede apoyar su cuerpo contra el suyo, tocarle la cara con la pata o poner una pata en su brazo, frotarle la cara o darle un suave (o no tan suave) golpe con la cabeza.
De nuevo, son muestras de afecto que se pasan por alto con facilidad. Al igual que con sus compañeros humanos, preste atención a las preferencias y muestras individuales. Algunas son grandiosas y difíciles de pasar por alto y otras son sutiles, pero no por ello menos significativas.
- Aprendemos de la misma manera
Cuando se trata de comportamiento, la consecuencia juega un papel importante. Si un comportamiento es gratificante, lo más probable es que se repita. Cuando eras niño, ¿no te ayudaba tener reglas consistentes y saber que te estaban enseñando y guiando con amor? La coherencia es importante para los humanos y para los gatos. Es más fácil aprender y seguir las normas cuando sabes lo que se espera de ti y que las normas no se cambian de un día para otro. Utilizar el castigo físico y la intimidación sólo crea miedo y puede dañar el vínculo emocional, tanto si se entrena a un gato como a un niño. Para adiestrar a tu gato, crea una hoja de ruta que le ayude a tener éxito. - Nos gusta tener opciones
A nadie le gusta sentirse acorralado sin ninguna opción. Preferimos tener la capacidad de elegir sobre aspectos de nuestras vidas y los gatos también se sienten así. El adiestramiento tiene más posibilidades de éxito si se ofrecen opciones. Cuando no se quiere que un gato haga una cosa determinada, es más productivo entender el motivo que hay detrás del comportamiento para poder ofrecerle una opción mejor. Este método también es útil con las personas. Tener opciones reduce la frustración y ayuda a que la persona o el gato sientan que tienen cierto grado de control sobre su propio comportamiento. He aquí algunos ejemplos de cómo ofrecer opciones a su gato.
- Ofrezca a su gato la opción de permanecer en el transportín durante los exámenes veterinarios utilizando un transportín con la parte superior extraíble.
- Ofrezca a su gato la opción de elegir un lugar elevado permitido, proporcionándole árboles para gatos o perchas en las ventanas, en lugar de ahuyentarlo de mostradores o muebles.
- Dele a su gato la opción de elegir lo cerca que quiere estar observando su lenguaje corporal y dejando que sea él quien marque el ritmo de la interacción.
- En un hogar con varios gatos, ofrézcales la opción de utilizar una caja de arena que les proporcione el grado de seguridad que necesiten, colocando varias cajas en distintos lugares de la casa.
- Proporcione zonas de siesta abiertas y ocultas para que su gato pueda elegir su nivel de visibilidad.
- Necesitamos jugar
En el caso de los humanos, puede ser cualquier cosa, desde juegos de mesa o videojuegos hasta deportes de competición. No subestime el valor de divertirse, porque ayuda a liberar dopamina, un neurotransmisor asociado al bienestar. El juego ayuda a los humanos a aprender, reducir el estrés, reforzar los vínculos y mantener el bienestar físico en general.
El tiempo de juego de un gato suele consistir en un simulacro de caza acechando y abalanzándose sobre los juguetes. Al igual que ocurre con los humanos, cuando los gatos juegan se libera la beneficiosa dopamina. El juego ayuda al gato a ganar confianza, a mantener una buena condición física, a reducir el estrés, a reforzar los vínculos con otros animales de compañía o con los humanos y es una herramienta importante para el enriquecimiento general del entorno. El juego es una de las mejores formas de generar confianza cuando se trabaja con un gato asustado o tímido. Todos necesitamos tiempo de juego en nuestras vidas, independientemente de nuestra edad.
- Nos beneficiamos del enriquecimiento
Sin enriquecimiento, los humanos y los gatos pueden volverse susceptibles al aburrimiento, la depresión, la soledad o la frustración. En el caso de los humanos, el enriquecimiento abarca una amplia variedad de opciones, como la música, los libros, las películas, la televisión, las salidas, el tiempo con los amigos o la familia, los deportes, etcétera. Los gatos también necesitan enriquecimiento y, de hecho, es muy fácil porque no hay que preocuparse de llevar al gatito a cenar y al cine. El enriquecimiento implica crear un hogar seguro y saludable, oportunidades de juego diario, interacción con usted, lugares para trepar, dormir la siesta, arañar, estirarse y divertirse (como árboles para gatos, postes para arañar, camas, perchas, etc.), buena nutrición, atención veterinaria, acceso a recursos adecuados en número y convenientemente ubicados, y adiestramiento basado en el amor y la comprensión de lo que necesita un gato.
- Protegemos lo que es nuestro
Cerramos la casa y el coche con llave. Escribimos nuestros nombres en los objetos para que los demás sepan lo que nos pertenece. Vigilamos de cerca nuestros objetos personales, como bolsos, carteras, teléfonos, dinero y tarjetas de crédito. Tenemos cuidado con las personas a las que dejamos entrar en casa. Utilizamos sistemas de seguridad y/o cámaras de vigilancia. Protegemos a nuestros hijos. Para los gatos, el hecho de tener la casa cerrada con llave no significa gran cosa. Los gatos no saben si el peligro acecha tras cada esquina.
El peligro puede encontrarse en el hecho de que un gato de compañía esté vigilando el comedero para que nadie más pueda acceder a él. Tal vez el peligro esté en que, para utilizar la caja de arena, el gato tenga que pasar por delante del perro de la familia, muy agresivo y que ataca constantemente. Tal vez se ha traído un nuevo gato a casa y el gato residente está totalmente asustado ante la posibilidad de que este intruso se apodere de su territorio, le robe sus recursos y le amenace.
Tanto los gatos como los humanos desean tener la sensación y el confort de seguridad y protección. Las prioridades individuales pueden diferir, pero el hecho es que todos queremos vivir nuestro día a día sin miedo a las amenazas.
- Nos gusta que se respete nuestro espacio personal
Cuando entras en un ascensor y ya hay otra persona dentro, tu tendencia natural es situarte en el lado opuesto. La gente prefiere espaciarse en situaciones públicas, ya sea en un autobús, en un tren o en una sala de espera. A nadie le gusta que violen su espacio privado. Incluso en casa, los miembros de la familia pueden tener zonas de asiento preferidas cuando se trata de ver la tele por la noche. Algunas personas se sienten cómodas estando muy cerca y otras quieren un poco más de espacio para respirar. Los gatos son iguales. Los gatos necesitan un espacio personal y es importante observar su lenguaje corporal para saber si están dando a entender que desean o no una disminución de la distancia. Cuando se producen malentendidos es cuando las personas no dan opción a los gatos o no observan señales corporales claras.
- Encontramos consuelo en la familiaridad
El cambio suele asustar a la mayoría de la gente, ya sea mudarse a una nueva ciudad o empezar un nuevo trabajo. La familiaridad en la vida cotidiana es tranquilizadora y reconfortante tanto para los humanos como para los gatos. Aunque no nos gusten los cambios, la mayoría de las veces recibimos algún tipo de advertencia para poder prepararnos. También sabemos que el miedo al cambio suele ser temporal. Sin embargo, para los gatos, el cambio llega sin previo aviso y puede ser realmente aterrador. Un gato no entiende por qué se le mete de repente en un transportín y se le deja salir en un hogar nuevo y totalmente desconocido. Un gato no puede opinar sobre si la familia va a ampliarse con la incorporación de un nuevo bebé o una nueva mascota. El gato suele verse sorprendido por los cambios en su vida, ya sean grandes o pequeños. El cambio, incluso cuando es para bien, sigue siendo un proceso que asusta. Los gatos serán los primeros en decírselo.
Disfrute de las similitudes y comprenda las diferencias
Aprenda a mirar el mundo de su gato a través de sus ojos y empezará a ver la verdadera motivación que hay detrás de los comportamientos. Empezará a apreciar los sentimientos, miedos y necesidades que tiene en común con su gato. También comprenderá mejor en qué se diferencian los gatos de los humanos, de modo que podrá dejar de asumir motivaciones incorrectas (como suponer que la razón del comportamiento de un gato se basa en el rencor o en un acto deliberado de desobediencia). Observa a los gatos por lo que tienen de maravillosamente único, pero también por lo que compartimos en común con ellos.